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sábado, 17 de octubre de 2009

El 17 de octubre y la masa

Posted on 5:41 by Jorge

Ni más ni menos que 64 años han pasado y el 17 de octubre sigue dividiendo la patria en dos, también, valga la redundancia, ni más ni menos. Divide y siempre dividirá, pro un lado, a quienes les ha repugnado, les repugna y les repugnará la emergencia de la masa en la historia nacional, y, por otro, quienes creemos que siempre debemos y deberemos estar junto a ellas… Algo sobre ello dijo Lenin, no recuerdo la frase exacta, pero era algo así como “prefiero estar equivocado junto a la masa que sólo y en lo cierto”.
Sin embargo, el 17 de octubre divide, pero no sólo en lo que vimos recién sino que luego también divide. Separa nuevamente a quienes creen que la masa se comporta de manera espontánea y surge de la absoluta nada para comulgar con un líder mesiánico de origen irreversiblemente mágico. Y divide, divide de quienes sostenemos que el 17 de octubre fue fruto de un proceso, que de alguna manera fue “preparado”, quienes observamos que detrás del protagónico del líder y la masa se desgranan los personajes esenciales de la historia, aquellos que sostienen la trama, a Eva y Mercante golpeando puerta a puerta de dirigentes y delegados sindicales, pero también a FORJA, al GOU y a una fuerza popular que resistía la muerte que intentó una década de fraude electoral, fuerza popular que se canalizaba en la emergencia de un movimiento obrero encabezado por figuras como Reyes, Bramuglia o Gay.
Divide, siempre el 17 de octubre divide, y el paso del tiempo hace cada vez más lábil la división, pero esa irreparable separación está presente. El gorila es hábil y como se apodero del gaucho quiere apoderarse del 17 de octubre, como la oligarquía porteña se apodero del federalismo detrás de Rosas quieren apoderarse del 17 de octubre. Quienes desprecian a la masa, quienes
utilizan a la masa en respuesta a sus intereses de clase, pequeñoburgueses cabe señalar, detienen la historia en la relación líder-masa, no hay más que masa y líder, y, por consiguiente, no hay masa sin líder. Establecen un retén a la historia, la detienen en un punto inalterable, en una determinada especificidad de las relaciones de producción, concretamente, en la especificidad del Estado promotor, donde el Estado actúa como respaldo de una burguesía que busca trastocarse en oligarquía y desarrolla los principios de una comunidad organizada para garantizar este desplazamiento del poder de la arcaica oligarquía terrateniente a la emergente oligarquía financiero-industrial. Quienes desprecian a la masa, los gorilas, sostienen ello y hoy festejan el Día de la Lealtad reduciendo a la masa a un conglomerado inútil, imbécil e impotente sin la presencia de un líder de origen mesiánico que la convierta en pan.
Divide, siempre el 17 de octubre divide, porque otra es la postura de quienes creemos que la masa existe por sí sola, que su presencia es la única constante de nuestra historia y su emergencia marca los grandes hitos en el camino de la revolución social americana. Así vemos el 17 de octubre desde otro lugar, no hay lealtad, sino que hay coherencia, coherencia de la propia masa que antes había emergido junto a Artigas, junto a Peñaloza o en las grandes huelgas de principios del siglo XX. La comunión entre Perón y la masa es, así, histórica, puntual y específica respecto a las concretas relaciones de producción de la época, y, su divorcio es también histórico, puntual y específico. Cuando el 1º de mayo de 1974, sólo
con todo el peso de la burocracia sindical se puede mantener menos de la mitad de la plaza ante el desenmascaramiento del viejo traidor que no dudo en abandonar la lucha en el 55 ni en traicionar la lucha popular para adecuarse a los propósitos del GAN en el 73, allí la masa comienza a olvidar al líder mesiánico con el que ha marchado conjuntamente hasta ese momento. Un prístino acierto propio de la lucida inteligencia que el traidor mantuvo hasta el último de sus días. “Mi único heredero es el pueblo”, señalo y no dejo de tener su precisión acostumbrada, la representación que un 17 de octubre le había otorgado la masa se retrotraía a ella. No hay herencia de Perón para disputar, ya llegará el día en que la masa, tan coherente y cierta históricamente como siempre, comulgará con otro líder, con otra fuerza política o con lo que ella decida para avanzar un nuevo paso en la revolución social americana, mientras tanto… Mientras tanto nos queda trabajar, acercarnos a la masa y buscar interpretarla, construir los GOU y FORJA que habrán de constituirse para acompañarla en una lucha donde sólo ella, la masa, ha estado siempre presente.
Que los gorilas festejen, los americanos añoramos.

Jorge Santiago Miranda Sanger